Olivar tradicional
Según la Ley 5/2011, de 6 de octubre, del olivar de Andalucía, se denomina olivar tradicional a aquel cultivado con técnicas agronómicas tradicionales en Andalucía en secano y regadío, independientemente de su situación fisiográfica, la agrología de los terrenos donde se asienta y la variedad cultivada.
Este proyecto promueve entre las empresas productoras, envasadoras y comercializadoras de aceite de oliva, la certificación Olivar Tradicional, auditada por el Comercio ético SMETA que garantiza:
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La subsistencia de explotaciones de Olivar Tradicional
asegurando un precio mínimo por kilogramo de aceite, independientemente de si existe o no excedente de cosecha.
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Prácticas empresariales responsables
asegurando que las técnicas utilizadas durante el proceso de recolección y envasado cumplen con los requisitos de la empresa auditora.
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Apoyo a más de 250.000
familias que viven del Olivar Tradicional.
El proceso de elaboración de este tipo de aceite comienza en el campo, donde se necesitan unas 3 personas para la recolección de las aceitunas: una de ellas lleva la máquina vibratoria manual, mientras que las otras dos golpean el olivo con una vara para que caigan las aceitunas.
Estas aceitunas caen en “fardos”, una especie de tela que se coloca en el suelo para facilitar la recogida manual. Una vez que todas las olivas están en el fardo, se recogen y se llevan al camión directo a la “Almazara”, el molino donde se extrae el aceite de las aceitunas.
En la almazara, el agricultor selecciona y lava las aceitunas, donde luego se homogeneiza la masa de aceituna y se separa la parte sólida de la líquida mediante un proceso de batido y centrifugación. Finalmente, el producto resultante se decanta y filtra según calidad y variedad para, finalmente, ser envasado y comercializado bajo el sello de Olivar Tradicional.
El fin de este proyecto es la preservación un modo de vida y una forma de trabajar la tierra que permiten obtener una materia prima de altísima calidad y que redunda en el beneficio de salud de las personas y el planeta, defendiendo la tradición y la biodiversidad y haciendo que ese modo de vida sea rentable para así afianzar la población de la llamada España vacía.